En su intento por volver a ser contendientes sólidos en el Oeste, los Dallas Mavericks han centrado su atención en mejorar el aspecto que más los lastró la temporada pasada: la defensa. La llegada de Grant Williams representa un paso firme en esa dirección, brindando al equipo una pieza versátil que puede impactar en ambos extremos de la cancha. Con esta incorporación, los seguidores texanos vuelven a ilusionarse, haciendo crecer el interés por las camisetas basket con los colores de los Mavs.
Luka Dončić continúa siendo el alma del equipo, un talento generacional con una capacidad ofensiva inigualable. Sin embargo, su carga ha sido excesiva en las últimas campañas. Dallas ha entendido que para llegar lejos en playoffs, necesita rodear a su estrella con jugadores que puedan cubrir sus debilidades, especialmente en defensa. Grant Williams, exjugador de los Celtics, aporta intensidad, lectura táctica y experiencia en escenarios de alta exigencia.
Williams encaja perfectamente como un alero fuerte capaz de defender múltiples posiciones. Su capacidad para cambiar en bloqueos, cerrar líneas de pase y competir físicamente contra grandes rivales lo convierte en un activo muy valioso. Además, es un tirador fiable desde la esquina, lo que lo hace funcional en un sistema ofensivo dominado por Dončić.
Jason Kidd, el entrenador de los Mavericks, ha expresado que la incorporación de Williams es parte de una estrategia más amplia para convertir al equipo en uno más físico, con mayor presencia en el rebote defensivo y capacidad para frenar las transiciones rivales. Esta nueva mentalidad busca compensar los puntos flacos de un equipo que, aunque poderoso en ataque, sufrió enormemente en el otro extremo de la cancha.
Junto con otras piezas como Josh Green y Dereck Lively II, el equipo ha ganado en atletismo y profundidad. Esta combinación puede liberar a Luka de parte del desgaste defensivo, permitiéndole enfocarse en su labor creativa. Además, la presencia de Kyrie Irving desde el inicio de temporada debería aportar mayor fluidez y dinamismo ofensivo, siempre que logren encontrar equilibrio en el juego.
La gran incógnita sigue siendo si los Mavericks podrán mantenerse sanos y cohesivos en el tramo más exigente de la campaña. No obstante, con Williams a bordo, el equipo parece tener una identidad más definida, centrada en competir con intensidad y no solo depender del talento de Dončić.
El camino hacia los playoffs será arduo, pero Dallas ha demostrado que está dispuesto a corregir sus errores pasados. Si la defensa mejora como se espera y la química entre sus figuras crece, los Mavericks podrían volver a ser un rival peligroso en la postemporada. Esta versión del equipo, con más músculo y enfoque, promete dar guerra en el Oeste.